Aviso:SE RECOMIENDA NO CONTINUAR LEYENDO A TODA PERSONA QUE ESTE APURADA O NO LE GUSTE MUCHO LEER..
EL SIGUIENTE TEXTO NO CONTIENE NINGUNA OTRA COSA MAS QUE IMPRESIONES DEL VIAJE QUE A MUCHOS PUEDEN RESULTARLES TRIVIALES E INTRASCENDENTES .
ES LARGO, TEDIOSO Y TAL VEZ ABURRIDO, PERO ME DIERON GANAS Y LO SUBÍ.
LOS CHOPPEROS NO DESCANSAMOS DE HACER MALDADES.. ESTO ES SOLO UNA DE ELLAS. ___________________________________________________________________________________
Bueno, con el único fin de entretener a los Starianos que no se le animan al frío y prefieren quedarse en casita calentitos, pero disponen de un rato y ganas para la lectura voy a continuar relatando los aconteceres del viaje a Carhue.
Sin mucha seguridad de que el tema realmente interese a todos, me ocupo en escribir con la íntima convicción que este tipo de relatos sirve en primer término para incentivar las ganas de rutiar y de paso hacer conocer lugares que podemos visitar cuando el clima es mas propicio para andar en moto..
No pretendo con esto obligar de manera alguna a nadie a que saque su moto cuando no tiene ganas, pero si, tal vez, demostrar que poniéndole onda el invierno es también una buena época para hacer ruta y para aventurarse a visitar lugares nuevos.
Carhue, se me ocurre, no seria un lugar muy apto con 30 grados de temperatura. No se, pero me parece que a pocas personas les gustara meterse en un agua densa y pesada como la de la laguna y por otra parte, poco se podría notar de los efectos relajantes o curativos en la época estival cuando los huesos y el reuma esta tranquilo y no molesta mucho..
Es obviamente un lugar para disfrutar en invierno a lo sumo en primavera y otoño..
Por otra parte la ruta es monótona y en verano tiene un calor húmedo que no la hace muy agradable para mi gusto.. de hacerla prefiero en invierno..
Mas allá de todo esto, la intención que moviliza estas líneas, es la de ponerle onda al foro para que aquellos que no pueden o no les gusta salir en estos días, no se olviden de su pasión por las rutas y las motos y vayan juntando las ganas para cuando rutiar sea el programa preferido y posible que ocupe sus ratos libres.
Pido disculpas si aburro o mis escritos resultan pesados, pero a falta de pan, buenas son las tortas, decían mi vieja.. Ya que nadie escribe mucho.. Lo hago yo..
Va el final del relato y algún video que logre cortar para que entre en el Yutu..
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Después de llegar a Carhue y siendo las 17hs paramos en el ACA local a cargar nafta y tomar un café caliente..
Un rato después luego de preguntar donde quedaba la posada donde hicimos las reservas emprendimos la búsqueda..
Por el nombre de la posada nadie sabia decirnos, hasta que nos dimos cuenta que era mejor preguntar por Carmen, la dueña del lugar..
Ahí si.. nos mandaron sin problemas.. resulto que estaba a pocas cuadras y allí fuimos..
Hay un video de ese recorrido y de la entrada que a la sazón era de tierra porque estaban asfaltando la calle, barrito y tosca medio peligrosa para las dos ruedas.. encaramos y adentro fue la Puppy..
EL lugar resulto agradable y cómodo.. Por unos 1030 pesos en total tuvimos cena con bebidas el viernes y el sábado desayuno completo el sábado y domingo, la habitación y el servicio de toallas y batas para la pileta, incluyendo cochera cubierta para la Puppy..
desensillamos, llevamos la Puppy a la cochera y nos pusimos las mallas para probar la pileta..
un agua densa como sopa en una pileta caliente con reposeras a los costados y un calor que invitaba a quedarse a tomar mate después del baño fue la primer impresión que recibimos
Ni bien entramos al agua nos dimos cuenta que cuesta bastante moverse por la flotabilidad que ejerce la sal.. solo dejándose caer te das cuenta que no te hundís sino que flotas y la resistencia mayor viene desde abajo.
Con 15 minutos o algo más note que mi tobillo derecho donde tengo dos clavos y que suele todavía hincharse después de unas horas de moto estaba totalmente normal.
Al parecer el asunto este del agua curativa tenia algo de cierto.. bajo en un rato la inflamación del tobillo cosa que de otro modo tarda toda una noche y a veces mas.
gran cosa eso del agua termal.. Mis huesos, léase muñeca izquierda, clavícula del mismo lado, costillas varias, rodilla izquierda y tobillo derecho saltaban de gusto. los clavos y chapas que tengo metidos por esos lugares no se oxidaron y al parecer no protestaron..
después de un buen rato y considerando que teníamos que cenar en el comedor del lugar nos fuimos a la habitación a vestirnos para la cena..Encontramos una habitación fría a pesar de que había encendida un estufa radiador importante, pero el lugar ni se enteraba.
Cenamos variado y abundante, una barbaridad de todo, desde guisos a carnes, pollo, cerdo, matambres, arrollados, pastas y otros manjares todos muy ricos..
Este choppero comió a rabiar tanta cantidad que cuando termino se escucho un suspiro de alivio de la dueña del lugar que ya temía por la perdida económica que le podía significar si me quedaba varios días.
El sábado a eso de las 9hs desayunamos y salimos a recorrer la zona.
Lo primero que vimos fue que para llegar a cualquier parte que valía la pena visitar había que pisar tierra. Tierra arenosa que encierra sorpresas a las que a este choppero no le gustan mucho y a la Puppy menos.
Elegimos ir a visitar las ruinas de la Estación de Lago Epecuen, pueblo que como ya conté, fue castigado con una inundación que en el año 1985, lo cubrió totalmente con varios metros de agua.
Un Choppero que se precie jamás llega a su destino yendo directo por el camino mas corto, sino que de puro malvado, toma al revés y da unas cuantas vueltas para desorientar a cualquiera que pudiera seguirlo y recién ahí puede ser que encare el rumbo correcto..
Exactamente eso fue lo que hice en Carhue buscando el camino a la Estación.. No me perdí, sino que cumplí el ritual Choppero, como debe ser..
Mas de una hora después de rodar en la tierra esquivando posibles bancos de arena entre la tosca semidura del camino, un miserable cartel, con una flecha, nos dejo saber que estábamos en el camino correcto.
Encaramos una recta larga, obviamente de tierra y a la que no se le veía final, dibujada al costado de una vía y flanqueada por viejos postes de luz con sus cables cortados y colgando, indicio claro de que se trataba de las líneas de electricidad en desuso que abastecían la Estación y el pueblo.
Llegamos al lugar para encontrar de un lado de las vías lo que seguramente fue la casa/rancho de los empleados de la estación, todavía habitada y enfrente una construcción vacía pero de factura mas contemporánea, un anden con las vías casi tapadas por la tierra y el pasto y un cartel que otrora indicaba el nombre de la estación.
Unos de esos típicos carteles que uno suele ver en las estaciones del interior. Cruzados, a 45grados al final del anden, como marcando el final del espacio hasta donde puede llegar la locomotora.
Las letras del nombre que uno piensa fundidas en la base del cartel, son en realidad moldeadas y pegadas en su lugar, vaya uno a saber como.
La cuestión que este cartel ya había perdido varias y una de ellas estaba en el piso, hace poco caída.
Este Choppero no aguanto las ganas de hacer maldades y levanto esa letra medio rota que resulto ser la C de la palabra Epecuen, la probó en los faltantes del cartel hasta poder identificarla y después de las fotos de rigor termino en la alforja.. Hoy en una clara y franca muestra de rebeldía ciudadana esa letra descansa en un rincón del patio del hogar choppero.
Algún día el viejo choppero les contara a sus nietos que significa ese pedazo de hierro y cemento y como fue que lo obtuvo.
No hay mucho para contar de un lugar que fue pero ya no es, de un lugar que Solo llego a Parador de Tren y se murió de soledad antes de ascender a la categoría de estación. Porque en realidad así fue.
Lago Epecuen nunca paso de ser un simple Parador, la palabra estación resulta pomposa y solo se justifica por la costumbre de los vecinos que la llaman así.
El tren, solo paraba en Lago Epecuen si había carga que subir o bajar, sino seguía de largo y solo dejaba el humo y el eco del pitido de la maquina saludando al encargado parado en el anden.
Eso fue Epecuen y hoy ni siquiera eso.
Pegamos la vuelta y salimos del predio ferrocarrilero para ir al pueblo al que se llega por un camino de doble mano y que alguna vez llego a tener una capa de cemento, poco queda ya. Los mordiscos del tiempo hicieron su efecto y los baches predominan.
Ya casi antes de llegar al pueblo una sensación de angustia inunda y subleva.
Las primeras pilas de escombros dejan adivinar que allí existió una casa, que habitó gente que soñó futuros, que imagino una vida que no pudo ser.
Pilas de sueños, de trabajos duros, pilas de vidas derrumbadas que todavía conservan el orden que les dio el catastro. Pedazos de paredes por partes pintadas que dejan ver que alguien, hace tiempo, se ufanó en decorar.
Árboles todavía erguidos de color hueso mostrando la muerte que le llego temprana.
Casi como una burla irónica a tamaña desidia, la Municipalidad coloco carteles que pomposamente llevan su firma indicando al visitante que fueron esos escombros antes de que otros Políticos, como los actuales, dejaron que el agua los convirtiera en piedras .
Acongoja el lugar y subleva. No se puede entender como este pueblo que con su laguna tenía más que otros para ser prospero, término así, hecho escombros y en un triste monumento a la boludes humana.
Capitulo aparte merece el cementerio, lugar triste por definición que en el Caso de Epecuen deviene en fantasmal y tétrico .
Se encuentra al final de lo que fue una avenida ancha, hoy de tierra y arena, flanqueada de árboles añosos y altos que ya sin vida y afectados por el efecto de la sal imitan su color.
Mientras se recorre la avenida el visitante va entrando en clima y se ve obligado a templar su ánimo.
A la Izquierda el paredón del perímetro yace en el suelo hecho escombros y las tumbas aparecen expuestas a la vista de quien quiera verlas, casi macabras, grotescas, insolentes y chocantes. Muchas, la mayoría, todavía en sus sitios, con sus losas intactas y sus cruces erguidas.
Todas invariablemente tomaron ese color blanco hueso que acongoja y deprime al que mira.
Casi como una ironía más de la naturaleza, parece ser, justamente el Cementerio el lugar al que menos afectó el desastre.
Cada tanto se encuentra un sepulcro arreglado por una mano amiga donde no falta uno de esos ramos de flores plásticas y resaltan en la inmensidad de hueso de ese camposanto fantasmal.
Un rato, una vuelta y unas fotos para mostrar alcanzaron para querer irnos con el corazón fruncido.
De vuelta en el Carhue, buscamos un lugar donde la vida se muestre, la esperanza palpite y el futuro todavía prometa.
Encontramos un boliche mitad heladería y mitad cafetería, coqueto y simple con pocas mesas y acogedor.
Solamente una pareja joven, seguramente novios, miraban abrazados en un plasma la final del mundial entre España y Holanda. A su lado un hombre mayor, padre de la muchacha, sostenía la mano de su hija, mientras comentaba las jugadas del partido.
Una familia, un presente y un futuro; una cuota de vida después de tanta muerte.. No hizo bien..
Pedimos un café y Norita comento que había visto al pasar una Drag girando en la esquina.
Era Marquitos que montando su hermosa 650 nos estaba buscando por el pueblo.
La Puppy, estacionada a 45 grados en la puerta del local fue su guía y unos segundos después lo vimos entrar con su casco choppero en la mano..
Saludó afectuoso y con su sonrisa ancha de gente buena nos trajo la buena onda que a esas alturas ya comenzaba a faltar.
Charlamos un rato de viajes e historias, nos contó de sueños, de su trabajo y de peces que no picaron en un concurso de pesca donde solo hubo frío.
Al poco rato llamo a su familia que no tardo en llegar y un par de criaturas hermosas le pusieron luz a una tarde que ya se hacia noche.
Compartimos fotos y promesas de encuentros futuros con asados incluidos, después de unas fotos al lado de las motos, saludamos y nos fuimos a reponer energías en la pileta de aguas milagrosas.
Mas tarde ya bañados y calientes cenamos con la moderación que nos falto la noche anterior.
Hubo que insistir con Carmen. la dueña del lugar para que nos cobre la estadía porque teníamos pensado salir a primera hora del día siguiente.
Demoramos mucho con ese trámite porque el aparato que lee las tarjetas se negaba a funcionar y solo después de un buen rato de bromas y reintentos finalmente nos cobro.
El lugar donde Carmen tiene el escritorio esta en el mismo salón donde funciona el comedor así que las bromas y los comentarios así como el motivo que nos urgía a terminar con la operación fue participada por todos los comensales que estaban en el lugar..
Finalmente todos se enteraron que nosotros en la mañana siguiente saldríamos temprano rumbo a Buenos Aires.
Amaneció el domingo, mas frío y mas gris de lo deseado, pero el viento amigo aullando en el follaje de los árboles, nos avisaba que estaba ahí, esperando, para acompañarnos de vuelta a casa.
Este choppero salio confiado y cargado de bártulos a buscar su montura a la cochera mientras Norita terminaba de arreglarse y cargaba el termo con agua caliente.
Ya de movida, de solo un vistazo descubrió el choppero que la cosa no seria tan simple.
La Puppy quedo la noche anterior a resguardo de conductores descuidados en un rincón al fondo del lugar y los huéspedes que estacionaron mas tarde fueron dejando un pasillo, entre la pared y sus autos que permitía el paso del manillar de la Puppy, pero el ultimo no tuvo mejor idea que tapar ese pasillo salvador con sus chapas a las que dejo en cambio y con el freno de mano colocado.
No había manera de mover ese auto ni manera de pasar la moto a no ser poniéndole una bisagra en el medio. Solo quedaba entre el último auto y el anterior un pequeño espacio por el que solo pasaría una YBR.
Llamar a las puertas de todos los huéspedes a esa hora y con ese día que invitaba a dormir era algo que los dueños y encargados de la Posada no tenían ganas de hacer, pero que el choppero necesitaba si pretendía llegar a la entrada de Capital antes de que el Malón de domingueros congestionara los accesos.
Por suerte el dueño del auto que estaba delante del desconsiderado que lo dejo mal puesto y frenado supo del apuro y apareció a ayudar. Corrió su auto para adelante apenas unos 15cm que era todo lo que se podía y la Puppy luego de 100 maniobras alcanzo a pasar.
Jadeantes por el esfuerzo pero contentos porque eran de nuevo libres, La Puppy, Norita y el Choppero emprendieron viaje.
Desde el vamos nuestro fiel amigo, el viento, se hizo notar omnipresente, había traído a su amigo el Sr. Invierno y afectuosos como siempre nos envolvían entre los dos en un abrazo que conmovía.
La Puppy, brillante y orgullosa se mostraba presta a entregar su potencia, sin darle importancia a los embates que la movían de un lado a otro.
Una ruta abierta nos esperaba y la oreja derecha de nuestra fiel amiga se ofrecía gustosa a ser retorcida.
Allá fuimos, pecho al viento, con el frío calando por cualquier resquicio que encontraba abierto, nuestra primer parada fue Daeraux, en una estación a la vera de la ruta a la que se baja por una entrada de ripio fino, bastante retirados de la ruta están los surtidores y el local de ventas. allí paramos. Tomamos un café, pasamos por el baño y ya listos montamos otra vez.
Cuando el choppero encaró el camino por el que había llegado apareció una salida que parecía salir a la misma ruta, algo mas adelante, titubeó un instante, pero luego por ahí dirigió a la Puppy..
No hay caso, la sangre choppera siempre estará presente y no hay manera de evitar la tradición de tomar siempre el camino mas largo para ir a cualquier parte.
El próximo pueblo por el que debían pasar era Bolívar, pero La Gran Puppy, Norita y El Choppero terminaron en Gral. Lamadrid unos 90 Km. a la derecha de Bolívar.
Paciencia y saliva murmuro el viento. Aguante si es macho replico el Invierno. Entre puteadas y lamentos encaramos a Azul por una desierta autopista luego de unas vueltas pobladas pozos.
El cielo a lo lejos parecía decirnos que Doña Lluvia no estaba lejos y en cualquier momento podía sumarse a los otros amigos que nos acompañaban, así que el choppero retorció una oreja y en esa autopista alcanzo a pinchar un 200 con la aguja del tablero.
Finalmente la ruta 3 y apareció la Doña que confundida se adelantaba un trecho dejando un barrito en el pavimento que a los zapatos de la Puppy no le hacían gracia.
De retorcer la oreja, ni hablar.. la Puppy se agarraba a duras penas y moviendo el anca advertía que si el choppero no tenía cuidado en cualquier momento se echaba una siesta.
Paciencia y saliva repitió el viento y así el choppero se resigno a viajar al tranco, como cortando clavos y pisando huevos.
Hasta Ezeiza no cambio la cosa y Doña Lluvia no los esperó, pero en ese punto no aguanto más y se acercó a saludar.
Ella quiso ayudar y lo consiguió, lavó el barrito y el pavimento ya limpio les permitió apurar.
Entraron a Buenos Aires algo mojados pero contentos, con La Puppy llena de mugre y el alma alegre de tanto viento, de tanto Invierno con algo de lluvia .
Hoy todavía la Puppy duerme en el garaje patinada de barro, esperando que a su dueño le entren las ganas de llevarla a lavar con agua caliente, porque hace frío..
Así paso esos días este choppero, por lo pagos de Carhue y la Laguna de Epecuen..
No será la última vez que sus huesos se bañen en las caldosas aguas salitrosas de ese lugar, pero por ahora, en la próxima salida estará en Carlos Casares el rumbo a encarar.
Joder..!!
Tema: Unicamente para aquellos que les gusta leer el final del viaje a Carhue 
Miér Jul 14, 2010 5:53 pm
Muy buen relato!
