Hola Amonterob.
Me temo que mi respuesta no puede ser de gran ayuda, puesto que soy un enfermo de la motocicleta y no he dejado de rodar bajo ninguna condición climática.
Por supuesto que conducir una motocicleta conlleva toda una serie de riesgos que no aburriré en enumerar, pero que querés que te diga... Me encanta conducir mi moto SIEMPRE.
A lo largo de los años he notado que si llueve mucho, en cuanto a adherencia de los neumáticos, no es tan crítico si tenés buen dibujo. El problema se da más cuando finaliza la lluvia o recién comienza esta. Es ahí donde tenemos esa película pringosa de barrito que nos puede dejar haciendo Weely marcha atrás.
Mientras caiga una buena cortina de agua y los neumáticos estén bien, yo conduzco como en un día soleado.
La piedra me ha agarrado más de una vez y no solo por Buenos Aires. En Mendoza tuve suerte. La primera vez fué pequeña y a la segunda que era enorme; había conseguido cubrir mi moto a tiempo. Rodando en Bs.As. casi me vuela un diente por andar con casco abierto en medio de la autopista bajo la pedrada.
Por supuesto que en viaje todo eso es parte de la aventura y no me importa en lo mas mínimo llegar a destino con mi montura hecha un asco. A diario la preservo de esas situaciones y utilizo una moto de menor cilindrada que también cuido mucho pero suelo ensuciar mucho más que a La Chancha.
Recuerdo una vez que pese al pronóstico en contra, mi hijo se empeñaba en convencerme de salir igual a un encuentro.(No le hizo falta insistir mucho) y a los pocos minutos de rodar nos topamos con un frente de tormenta digno de la película Twister. Nos desviamos por un camino de campo (Barro y barro) Hasta poder refugiarnos en la casa de un amigo que nos esperaba asando un lechón. Luego de secarnos y calentarnos junto al fuego alguien decidió apagarlo con mucha agua. Volaron cenizas por todos lados y ¿Adiviná? Tras que La Chancha ya estaba toda pegoteada de barro y mojada se le pegaron todas las cenizas voladas. Si tengo alguna foto, la busco y la subo. Vos sabés que parecía una moto de piedra. Me llevó días limpiarla y todavía hoy si desarmo algún rinconcito encuentro vestigios del suceso.
Bué, todo esto para decirte que cada cual le da a su moto el trato y el uso que considera.
Yo la uso mucho, la cuido mucho, pero si veo que tengo que convertirla en submarino para pasar, me apeo y espero a que baje el torrente o busco un camino alternativo. Soy loco, pero no como vidrio. Se lo que cuesta un repuesto de La Chancha y sumergir el diferencial no es lo más adecuado.